Siglo XVIII
La Capilla de la Señora de la Bonanza es un templo modesto con una arquitectura típica del siglo XVIII, aunque hay algunos indicios de reformulaciones posteriores. La fachada principal presenta una puerta rectangular con moldura superior y a los lados dos pequeños ventanales. Un frontón triangular, con un pequeño óculo, está coronado por una cruz de granito flanqueada por dos pináculos. El ábside, en la cabecera de la capilla, presenta un curioso nicho en el exterior, orientado al mar donde, según algunos relatos, había una imagen de la Señora de la Bonanza. Es un lugar donde las gentes del mar vienen a pedir protección para la actividad pesquera y los viajes por mar. Esas oraciones suelen expresarse a través de acrónimos, testimonios de heráldica popular, o exvotos, obras de arte de una ingenua belleza conmovedora y las emociones asociadas.
Únicamente con cita previa.
Festivos: 4o domingo de agosto.
Señora de la Bonanza
La ubicación de la capilla da sentido al nombre de la patrona: Nuestra Señora de la Bonanza. Este título y advocación de la Virgen María resalta la devoción de los creyentes en la Madre de Cristo como auxiliadora y protectora de los mareantes. Ante las incertidumbres y los «estados de ánimo» del mar, las tormentas, se invoca a Nuestra Señora para calmar el mar y traer la bonanza. Pero la bonanza del mar, donde está la vida de los pescadores, es también la bonanza de la tierra. La Virgen que calma los mares y los lleva a buen puerto es la misma que calma la inseguridad de la vida cotidiana de los creyentes.
Desde Póvoa hasta Esposende los pescadores devotos acuden a la capilla a adorar a la Señora de la Bonanza, dejando sus exvotos a los pies de la Virgen, prueba de la creencia en su poder intercesor y testimonio de gratitud por las gracias y los milagros recibidos.
