Capilla de Nuestra Señora de la Barca del Lago

Señora del Lago
La patrona de la capilla es Santa María o Señora del Lago. Teniendo la Madre de Jesús tantas advocaciones conocidas o títulos atribuidos, esta advocación de la Señora del Lago destaca por relacionar a la patrona con el lugar donde se encuentra la capilla. Presente aquí desde la Edad Media, como demuestran documentos del siglo XIII, la ubicación de la Capilla de la Barca del Lago ya muestra la advocación de María, protectora de los caminantes y viajeros que cruzaron el río Cávado en este lugar, en barcas «por amor a Dios», o de los peregrinos a Santiago de Compostela, en una de las rutas más frecuentadas desde Oporto a Santiago de Compostela.
La diversidad de títulos y advocaciones de la Virgen María tiene aquí un geotopónimo que añadir. La «Señora del Lago» siempre ha sido venerada y celebrada en peregrinaciones por las comunidades circundantes y especialmente por la comunidad pesquera. La Fiesta de la Señora del Lago fue famosa y objeto de leyendas y poemas que en la actualidad constituyen un patrimonio cultural de Esposende.

La leyenda de Señora del Lago, en La Barca del Lago
El origen de la imagen de la Señora del Lago está envuelto en narraciones legendarias. Según la tradición, en el siglo XIII, los pescadores se encontraban faenando en el río Cávado, cuando contemplaron con gran asombro que el contenido de sus redes no eran peces sino una imagen de Nuestra Señora. El acontecimiento sorprendió a todos y vieron en él la mano de Dios. Muchas otras imágenes milagrosas y legendarias aparecieron de esta manera para la devoción de los fieles cristianos. No sabían cómo llamar a esa representación de la Madre de Cristo, y decidieron dar un nombre apropiado al lugar donde se encontraba, y la llamaron Nuestra Señora del Lago.
El extraordinario hecho y la condición milagrosa de la imagen llevaron a muchos a querer acceder a Nuestra Señora del Lago. Al no poder quedarse en la casa de quien la guardaba, decidieron construir una capilla para acogerla y proporcionar a todos un lugar donde pudieran celebrar el culto a Nuestra Señora. Es entonces cuando surge la capilla de la orilla derecha del río Cávado, la capilla de Nuestra Señora del lago, en la Barca do Lago. Hay muchos benefactores, desde los nobles honrados hasta la gente sencilla, destacando los pescadores. No se podía haber elegido un lugar mejor, ya que el camino que unía las ciudades y las tierras de la orilla sur con las del norte pasaba por la costa; el camino de los peregrinos a Santiago pasaba por allí. Se construyó un refugio para los peregrinos junto a la capilla y el paso del río tenía otro significado: el de la fraternidad y la ayuda.
Según la tradición, desde el momento en que se afirmó la devoción a la Señora del Lago, todos los que invocaban su nombre cruzaban el río en la barca sin pagar. «Pasar por Dios», invocando a la Virgen, fue una razón para que el barquero no cobrara por cruzar. Para mantener esta tradición, se mantuvo la barca y los barqueros no se vieron privados de su medio de vida, el barrio y los peregrinos empezaron a contribuir con comida y otros bienes.
Esta advocación de la Señora del Lago se convirtió en una de las más queridas de la región, permaneciendo hasta hoy el vínculo de la Señora del Lago con las gentes del río y del mar, así como con todos los peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela. Quedan las celebraciones en honor de la Señora del Lago, donde los pescadores, entre muchas ofrendas, dejan sus remos en alabanza y súplica a la milagrosa imagen de la Virgen.