Siglo XX
El templo primitivo se remonta al año 1549. En 1920 era un templo de arquitectura sencilla, la fachada tenía un gran ventanal sobre el que se encontraba el nicho con la imagen del santo patrón, San Juan Bautista, y en el lado izquierdo la torre del campanario y la sacristía. A partir de la segunda mitad del siglo XX, la iglesia sufrió grandes transformaciones con la construcción de una nueva capilla principal y un nuevo arco de crucero. Edificio de una sola nave con un campanario, de cuatro alturas, en el centro con el portal principal en un arco perfecto coronado por el nicho del patrón, en granito, y sobre él el reloj, terminando con el campanario coronado con una cúpula piramidal rematada en una cruz. El templo recibe luz por los cuatro ventanales simétricos que componen la fachada principal.
En el interior destaca el Cristo crucificado, de 1969, y el nuevo altar mayor, de madera dorada, de inspiración neoclásica y reminiscencias del barroco, de finales de 1990.
Martes y jueves, 18:00-19:00 h y sábados 15:00-16:30 h.
San Juan Bautista
El patrón de Vila Chã es San Juan Bautista, el que anunció al mundo la llegada de Jesucristo. Juan el Bautista tiene dos fiestas en el calendario litúrgico: El 24 de junio, día de su nacimiento, y el 29 de agosto, aniversario de su martirio.
San Juan el Bautista era el hijo de Zacarías y su esposa, Isabel, prima de la Virgen María. Es en la visitación a Isabel cuando, por primera vez, se anuncia la gracia de la llegada de Cristo, aún en el vientre de su madre, en el cántico del Magníficat. El nacimiento de Juan el Bautista también es milagroso, dada la avanzada edad de sus padres. Zacarías, sacerdote de Yavé, pide a Dios un hijo, pues no tener descendencia era una maldición. Un día, durante la celebración de un servicio religioso en el templo de Jerusalén, el arcángel San Gabriel se le apareció con un mensaje de esperanza: No temas, Zacarías, pues tus oraciones han sido escuchadas, e Isabel tu esposa alumbrará un hijo al que llamarás Juan. Incrédulo, el sacerdote pidió al ángel una señal para creer en sus palabras. San Gabriel le concedió la señal dejándole mudo hasta el nacimiento de su hijo. Después de los nueve meses de embarazo, Isabel dio a luz a un niño al que llamaron Juan.
Juan el Bautista fue el profeta que anunció la presencia de Jesús, predicó en el desierto y bautizó en el río Jordán. Cuando vio acercarse al que creía su Señor, le bautizó en las aguas del río y el Espíritu Santo descendió sobre él en ese momento.
Denunció el pecado de Herodes Antipas que, por voluntad de Herodías, mandó que le decapitaran, tal como le pidió Salomé.