Siglo XVII
Reconstruida en el siglo XVII, su aspecto actual es el resultado de sucesivas reformas, quedando características que apuntan al origen románico del templo primitivo, en un diálogo arquitectónico entre las características románicas y neoclásicas.
De majestuosa arquitectura, la construcción es de mampostería de piedra seca sin yeso ni pintura. La fachada principal tiene un pórtico rectangular liso, coronado por un rosetón cuadrilobulado en cruz, que culmina en un frontón de dos aguas coronado por una cruz sostenida por acrotera. En el lado sur, en el ángulo del cuerpo principal, con una de las capillas laterales, está adosada la sacristía. El campanario está erigido en el frontón norte, rematado con pirámide. Las capillas laterales también tienen rosetones del mismo tipo que la fachada principal.
El interior presenta un techo de casetones y los retablos son de talla dorada de estilo barroco nacional.
Invierno, sábado, 09:00-18:00 h.
Verano, sábado, 09:00-18:00 h.
San Martín
Martín nació en Sabaria de Pannonia en el siglo IV, región de la actual Hungría. El padre era soldado del ejército romano, probablemente pagano, y su hijo comenzó en el mismo servicio al Emperador de Roma a los quince años, para que no se convirtiera al cristianismo.
Pero el soldado Martín ya era un catecúmeno devoto. En ese momento de su vida se sitúa el famoso pasaje de Amiens, en el que, al ver a un pobre sin ropa y con frío, cortó la mitad de su túnica militar para cubrir el cuerpo desnudo del mendigo. Se reservó la otra parte para él y se sintió reconfortado y cercano a Cristo.
Cuando dejó el ejército fue a Poitiers a buscar al célebre obispo San Hilario, y entró a su servicio. Allí fue ordenado sacerdote. Por inspiración divina pidió permiso a Hilario para volver a su tierra natal y convertir a su familia. Tuvo éxito con la conversión de su madre. Volvió a Italia, donde pasó muchas privaciones y ultrajes. Regresó a la Galia para estar con Hilario de nuevo. Pero más tarde se retiró a una cabaña donde permaneció 11 años alejado del mundo. A su vuelta se encontró con que le seguían muchos discípulos atraídos por su fama de santidad.
En el año 371 fue nombrado obispo de Tours, la sede que marcaría definitivamente su nombre: San Martín de Tours. Se mostraba muy celoso en la misión de evangelización y en la administración de la iglesia, contra las herejías y las guerras entre clérigos. Murió en una misión de reconciliación cristiana y, acostado en un lecho de cenizas, se entregó a su maestro supremo, Cristo, a quien dedicó su vida.
Leyenda del lugar de la iglesia
Reza la leyenda que cuando la iglesia románica fue demolida en el siglo XVII y se decidió cambiar su ubicación, mientras se realizaba el traslado al nuevo lugar elegido, el lugar de Matinho, ocurrió algo inesperado. Una de las carretas de bueyes que transportaban las piedras rompió la rueda, haciendo imposible continuar el viaje. ¡La gente vio la mano de Dios en el accidente! Entonces se decidió construir la nueva iglesia allí mismo, y el lugar fue rebautizado como el Lugar de la Iglesia.