Siglo XIX / Siglo XX
De origen medieval, la iglesia fue reconstruida en 1874 y de nuevo en 1994. Tiene una arquitectura revivalista, estructurada en una planta longitudinal, con tres naves de cronología dispar, resultado de las diferentes intervenciones y la incorporación de las dos naves laterales en 1994. También de esa fecha data la torre del sur, que dio a la fachada las dos torres simétricas, de tres plantas, con el reloj en la torre norte. El tímpano tiene un frontón curvo donde se abre un nicho con la imagen del santo patrón, San Claudio, en granito, coronado por una cruz sobre acrotera. Formado verticalmente por un solo paño flanqueado por pilastras, en la fachada destaca el portal recto en piedra y con cornisa, rematado por una ventana rectangular coronada por un frontón triangular. La decoración interior incluye azulejos, retablos de talla policromada, vidrieras y los cinco frescos del techo que corresponden a los cuatro evangelistas y al santo patrón, San Claudio.
Invierno, martes, jueves, 09:00-16:00 h y sábados, 16:00-18:00 h.
Verano, martes, jueves, 09:00-16:00 h y sábados, 16:00-18:00 h.
San Claudio
Poco se sabe de San Claudio, aparte del relato de su martirio, junto con sus hermanos y compañeros Luperco y Vitorio, hijos del mártir San Marcelo, el centurión, nacidos en León, España. Las historias sobre estos mártires repiten el enfrentamiento de estos jóvenes cristianos a la voluntad de los emperadores romanos en los primeros siglos del cristianismo, la persecución por su fe y el culto obligatorio a los dioses romanos.
San Claudio defendió su fe y fue llevado ante la corte romana que le condenó junto a sus dos hermanos después de renegar de las leyes y la religión romanas. En una posición superior a ellos, se afirmaron en la religión de Cristo, la Santísima Trinidad, el verdadero Creador y Salvador del mundo.
Según la leyenda, fueron decapitados en el año 303. Los cristianos, sus familiares y amigos rescataron los cuerpos y los enterraron en los suburbios de León.
Leyenda de la Capilla del Arcángel San Miguel
En el lugar de Frossos, de esta parroquia de Curvos, y que en el pasado también se llamaba San Miguel do Couto, había una ermita dedicada al Arcángel San Miguel. Se cuenta que hace muchos años vivía aquí un ermitaño, en el monte, donde rezaba y ayunaba para luchar contra las fuerzas del mal. Desde el lugar, en lo alto de la vega de Curvos, se podía contemplar un paisaje tan hermoso que el diablo tentó al pobre ermitaño para distraerle del ayuno y la oración. El ermitaño invocó al Arcángel San Miguel, enemigo del diablo, para que le ayudara en esta lucha. En señal de agradecimiento, construyó una pequeña ermita cerca del lugar donde estaba, ermita que, tras su muerte, el pueblo fue mejorando. Y puesto que fueron ellos los que la construyeron, era una capilla del pueblo. Aún hoy se puede disfrutar desde el lugar de Frossos de un hermoso paisaje de la parroquia de Curvos, sin temor al diablo ni a sus tentaciones.